Día de los muertos
Desde que recuerdo, la muerte (y no en el sentido gótico-chuposangre-me-paro-en-Eurocentro) ha sido un elemento presente en mi vida en cuanto a que siempre muere alguien cercano.
Una tía orgullosa que con lupus vivió sus últimos días como ermitaña, una amiga que de manera incomprensible para nosotros quiso irse antes o un amigo al que recién comenzaba a apreciar como tal y que por imprudencia murió en un auto.
Así, me parece una situación de lo más natural, por prematura que suela ser en ocasiones, por ende no le rehuyo como tema.
No me siento atado a visitar con periodicidad los cementerios so pena de sentirme culpable, al contrario, cuando voy es producto de una necesidad de tener un momento particularmente intimo.
Me parece que cuando una persona se va pasa a formar parte del inconsciente colectivo de quienes le conocieron, lo que de alguna manera implica una extensión de su presencia más allá de la carne que puede hacer prescindible el culto mortuorio.
La visita en el cementerio es un gesto no imperativo, un signo vago. Es prueba de nada.
Hay una vida para demostrar cosas.
Una tía orgullosa que con lupus vivió sus últimos días como ermitaña, una amiga que de manera incomprensible para nosotros quiso irse antes o un amigo al que recién comenzaba a apreciar como tal y que por imprudencia murió en un auto.
Así, me parece una situación de lo más natural, por prematura que suela ser en ocasiones, por ende no le rehuyo como tema.
No me siento atado a visitar con periodicidad los cementerios so pena de sentirme culpable, al contrario, cuando voy es producto de una necesidad de tener un momento particularmente intimo.
Me parece que cuando una persona se va pasa a formar parte del inconsciente colectivo de quienes le conocieron, lo que de alguna manera implica una extensión de su presencia más allá de la carne que puede hacer prescindible el culto mortuorio.
La visita en el cementerio es un gesto no imperativo, un signo vago. Es prueba de nada.
Hay una vida para demostrar cosas.