La gloria culinaria
Se suponía que iba a ser la instancia perfecta para alcanzar la gloria culinaria. El momento en que el que se haría parte del Olimpo integrado por el Roastbeef de mi abuelo, los Canelones de mi abuela, la Reineta Frita de mi madre, las Lentejas de la Xime, el Café Batido de la Teté, las Betarragas Snack de la Fran, las Sopaipillas de mi ex-suegra Rosita.
Era imposible concebir una falla, la fórmula a convocar era endiabladamente simple.
Pero en esos azares del destino, anoche quien siempre se había caracterizado por su baboso y recocido arroz consigió el graneado perfecto cuando se disponía a deleitarnos con Sushi.
Era imposible concebir una falla, la fórmula a convocar era endiabladamente simple.
Pero en esos azares del destino, anoche quien siempre se había caracterizado por su baboso y recocido arroz consigió el graneado perfecto cuando se disponía a deleitarnos con Sushi.