"No hace sueño"
No hace sueño, las sombras de los árboles y los cables dibujan traviesas formas que serpentean en su espalda.
La sábana es un desconcierto que no preocupa a nadie, hace un rato fue lo primero en ceder y más tarde será lo último en ordenarse.
La almohada queda para mí.
Escuchamos melodías lánguidas en Radio Duna a las 2:14 de la mañana.
Sting con roncola y , si los encuentro sin prender la luz, un Kent Silver.
La verdad de que solo yo que no duermo atiendo todo esto me gusta, se me hace cómplice en esta nadería.
Me molesta la TV prendida en un dormitorio, especialmente antes de dormir, por lejos prefiero una radio.
Me levanto despacio, tratando de no hacer ruido y no importunar pero pateo la caja de pizza... no acusó recibo, solamente se volvió para seguir durmiendo ahora a contraluz. Somos cerdos y flojos, gatas y tuercas, gansas y puercas.
Ya estoy desvelado, así que me siento frente al computador, giro un poco la pantalla y veo si hay alguien on line, pienso que el gesto es algo feo, algo displicente como lo siento cuando me dan la espalda al dormir.
Busco el pucho. Tomé la mala costumbre de “fumar” hace poco, así entre comillas porque no aspiro el humo, solo juego con el en la boca, lo paladeo un rato y luego lo despido lentamente. Ese acto, ese momento me relaja, lo confieso.
Acá cerca duerme quien fuma Lucky Strike y no huele mal. No como otras personas que con solo acercarse a una cajetilla apestan.
Me gustó esta escena.
En un rato más no querré bajar solo, le tengo pánico a los ascensores.
La sábana es un desconcierto que no preocupa a nadie, hace un rato fue lo primero en ceder y más tarde será lo último en ordenarse.
La almohada queda para mí.
Escuchamos melodías lánguidas en Radio Duna a las 2:14 de la mañana.
Sting con roncola y , si los encuentro sin prender la luz, un Kent Silver.
La verdad de que solo yo que no duermo atiendo todo esto me gusta, se me hace cómplice en esta nadería.
Me molesta la TV prendida en un dormitorio, especialmente antes de dormir, por lejos prefiero una radio.
Me levanto despacio, tratando de no hacer ruido y no importunar pero pateo la caja de pizza... no acusó recibo, solamente se volvió para seguir durmiendo ahora a contraluz. Somos cerdos y flojos, gatas y tuercas, gansas y puercas.
Ya estoy desvelado, así que me siento frente al computador, giro un poco la pantalla y veo si hay alguien on line, pienso que el gesto es algo feo, algo displicente como lo siento cuando me dan la espalda al dormir.
Busco el pucho. Tomé la mala costumbre de “fumar” hace poco, así entre comillas porque no aspiro el humo, solo juego con el en la boca, lo paladeo un rato y luego lo despido lentamente. Ese acto, ese momento me relaja, lo confieso.
Acá cerca duerme quien fuma Lucky Strike y no huele mal. No como otras personas que con solo acercarse a una cajetilla apestan.
Me gustó esta escena.
En un rato más no querré bajar solo, le tengo pánico a los ascensores.