La Explanada es la primera parte entregada de la intervención al barrio cívico impulsada por el Presidente Lagos. Es de esos proyectos que validan la máxima de que los personajes pasan, pero las obras quedan porque (y obviando que es parte del Proyecto Bicentenario) tiene las condiciones para perpetuar la imagen de su mandato.
El barrio cívico es un punto neurálgico del poder en la capital y como tal, está cargado de simbolismos que sobreviven al tiempo, desde los locos que frecuentan el palacio para pedir tesoros, hasta las atávicas romerías por Morandé 80, cualquier suceso es susceptible de convertirse en marca de una época en este sector. Y esto no es la excepción.
El proyecto busca romper con la percepción de área infranqueable para el pueblo con la que cargaba hace ya un tiempo y busca integrar el palacio de gobierno con el entorno, de hecho según parece la llama de la Libertad se fue definitivamente y el altar de la Patria tendrá interesantes modificaciones, además de implementar el nuevo Centro Cultural La Moneda y generosos sectores de áreas verdes.
Esto supone eliminar el corte entre La Moneda y el sector de del paseo Bulnes que suponía la disposición que ya conocíamos con lo que se recobra la relación natural entre ambas áreas, permitiendo así su paulatina asimilación por parte de la ciudadanía como espacio de encuentro y urban life.
Esto es un golpe a la cátedra... tal como Tomás Moulian postulaba que el Bombardeo a la Moneda era , más que un movimiento de estrategia militar, un acto simbólico del nuevo orden que se imponía; todo el proyecto de La Plaza de la Ciudadanía supone una vuelta de mano en donde la urbe regresa con una cara amable a quien la habita.
¿Quién no pasa a la historia gestando un proyecto así?
Por cierto, ¿quiénes son los más agradecidos? por ahora creo que los perros, esos clásicos habitantes del barrio que en la madrugada disfrutaban correteado y chapoteando en el lugar.
Al menos de noche luce muy bien...
El barrio cívico es un punto neurálgico del poder en la capital y como tal, está cargado de simbolismos que sobreviven al tiempo, desde los locos que frecuentan el palacio para pedir tesoros, hasta las atávicas romerías por Morandé 80, cualquier suceso es susceptible de convertirse en marca de una época en este sector. Y esto no es la excepción.
El proyecto busca romper con la percepción de área infranqueable para el pueblo con la que cargaba hace ya un tiempo y busca integrar el palacio de gobierno con el entorno, de hecho según parece la llama de la Libertad se fue definitivamente y el altar de la Patria tendrá interesantes modificaciones, además de implementar el nuevo Centro Cultural La Moneda y generosos sectores de áreas verdes.
Esto supone eliminar el corte entre La Moneda y el sector de del paseo Bulnes que suponía la disposición que ya conocíamos con lo que se recobra la relación natural entre ambas áreas, permitiendo así su paulatina asimilación por parte de la ciudadanía como espacio de encuentro y urban life.
Esto es un golpe a la cátedra... tal como Tomás Moulian postulaba que el Bombardeo a la Moneda era , más que un movimiento de estrategia militar, un acto simbólico del nuevo orden que se imponía; todo el proyecto de La Plaza de la Ciudadanía supone una vuelta de mano en donde la urbe regresa con una cara amable a quien la habita.
¿Quién no pasa a la historia gestando un proyecto así?
Por cierto, ¿quiénes son los más agradecidos? por ahora creo que los perros, esos clásicos habitantes del barrio que en la madrugada disfrutaban correteado y chapoteando en el lugar.
Al menos de noche luce muy bien...