Gershwin
¿Pueden coexistir sobre un mismo track alegres melodías marchosas, ceremoniales ritmos pomposos y la calma sonora más profunda?...
Sí con George Gershwin... pianista y compositor nativo de Brooklyn.
Lo he recordado hoy mientras veía la reedición de Fantasía hecha en el año 2000. Allí aparece su increíble “Rhapsody in Blue”, su trabajo más conocido (sí... su fama es relativa ) , y con justa medida, pues en algo más de 15 minutos da fe de su tremenda habilidad para sostener composiciones más allá de la
fórmula “intro... coro... climax... coro... closing”
Creo que el resto de sus creaciones están subvaloradas, sus trabajos tienen una vivacidad que ya se la quisieran algunos que a su lado parecen modestos creadores de Jingles.
Bueno, curiosamente los orígenes de su trabajo están allí, como músico de piezas comerciales. Este factor preparó a un músico con un impecable sentido para realizar trabajos equilibrados, que con seguridad sorprenden gratamente al auditor y han de dejar satisfecho al mismo creador.
Ese es el punto en común con nuestro actual y ovolacto Moby que también se dedicó a la musicalización publicitaria, para hacer gala de un muy buen gusto creativo posteriormente.
Volviendo a Gershwin, que si mal no recuerdo debería haber sido judío, la parte fuerte de su carrera ocurrió entre las décadas de los años 20 y 30, componiendo obras musicales junto a su hermano letrista y anotándose puntos insólitos, como ganar un Pulitzer con... una socarrona obra musical política muy al estilo Topaze (“Of Thee I Sing ! ”).
Gershwin es lo que podríamos llamar un loco lindo, pero verdaderamente lindo. Se expresó trabajando sobre el pentagrama de una manera no acostumbrada para favorecer una animada contraposición de armonías absolutamente distintas en una misma pieza. Ciertamente toda una joyita...
Es en esta época, cuando “Reason” o “SoundForge” se encargan de traspasar al byte los sonidos que habitan la cavidad ubicada entre nuestras orejas, que pienso que la habilidad natural o sencillamente el buen oído de un compositor está quedando en el destierro...
Sí con George Gershwin... pianista y compositor nativo de Brooklyn.
Lo he recordado hoy mientras veía la reedición de Fantasía hecha en el año 2000. Allí aparece su increíble “Rhapsody in Blue”, su trabajo más conocido (sí... su fama es relativa ) , y con justa medida, pues en algo más de 15 minutos da fe de su tremenda habilidad para sostener composiciones más allá de la
fórmula “intro... coro... climax... coro... closing”
Creo que el resto de sus creaciones están subvaloradas, sus trabajos tienen una vivacidad que ya se la quisieran algunos que a su lado parecen modestos creadores de Jingles.
Bueno, curiosamente los orígenes de su trabajo están allí, como músico de piezas comerciales. Este factor preparó a un músico con un impecable sentido para realizar trabajos equilibrados, que con seguridad sorprenden gratamente al auditor y han de dejar satisfecho al mismo creador.
Ese es el punto en común con nuestro actual y ovolacto Moby que también se dedicó a la musicalización publicitaria, para hacer gala de un muy buen gusto creativo posteriormente.
Volviendo a Gershwin, que si mal no recuerdo debería haber sido judío, la parte fuerte de su carrera ocurrió entre las décadas de los años 20 y 30, componiendo obras musicales junto a su hermano letrista y anotándose puntos insólitos, como ganar un Pulitzer con... una socarrona obra musical política muy al estilo Topaze (“Of Thee I Sing ! ”).
Gershwin es lo que podríamos llamar un loco lindo, pero verdaderamente lindo. Se expresó trabajando sobre el pentagrama de una manera no acostumbrada para favorecer una animada contraposición de armonías absolutamente distintas en una misma pieza. Ciertamente toda una joyita...
Es en esta época, cuando “Reason” o “SoundForge” se encargan de traspasar al byte los sonidos que habitan la cavidad ubicada entre nuestras orejas, que pienso que la habilidad natural o sencillamente el buen oído de un compositor está quedando en el destierro...