No me pregunte que pasó... léalo
Creo que antes de concebir siquiera establecer una relación con mucha diferencia de edades es preciso preguntarse si ello representa un peso “per se”.
El factor edad viene de la mano con desaguisados intrínsecos. Yo debí resultarle demasiado “tiernecito” o incluso “pendejo” en muchísimas ocasiones de la misma forma en que ella me parecía que ocasionalmente hacía gala de un añejo “Perro viejo no aprende truco nuevo”.
Si supiera lo sencillo que es tomarle cariño tras conseguir ver entre las aberturas de una fuerte coraza que esconde un escenario verdaderamente más cordial del que muchas veces proyecta.
La conocí como una excelente persona, luego me mostró un divertido rostro lúdico y finalmente se tranformó en una figura encantadoramente particular, sorpresivamente intensa... Uf!. También conocí su lado irascible, ese que se sobreponía a cualquier intento de contenerla, apoyarla o aliviarla.
Ella despertó en mi unas nuevas ganas de estar en pareja y de darle cariño cuando yo ya había renunciado a ello, es por eso que me entregué de manera desinteresada y fiel. Mi interés en ella era verdadero como nunca, siempre desee darle lo mejor de mi, tenía muchas ganas de agradarle, no por retenerle, sino porque su particular cariño me animaba. También me tragué o deje pasar muchas cosas.
No mucho le pedí... bueno, al menos no más de lo que podía entregarme. Pienso que era una relación que se desarrollaría lentamente, porque ella ha tenido experiencias en su vida que la han llevado a protegerse continuamente las espaldas. Además nos conocimos en una época en la cual ella tiene mil prioridades de carácter vital por las cuales velar.
En muchas ocasiones me sentí injustamente relegado a un cuarto plano, pero soy conciente de que otros problemas le impedían tratarme de otra manera. Eso es algo que noté al inicio de esta historia y con tal de ver si el ambiente se volvía favorable para ella pudiera
Quiero a las personas tal cual son o están. No puedo permitirme mal juzgarle si actúa con determinados modos cuando parece llevar el peso del mundo en sus hombros, eso me parece de un egoísmo tremendo.
Siempre me parecerá más justo pedir cuando existe la posibilidad de me den. En este caso, tal posibilidad, por ahora, no existía y no me incomoda (no es problema) esperar hasta que las condiciones se den para verificar si realmente podría tratarme de otra manera.
Pueden decir que fui el cariño me cegó, pero en realidad no es así. El afecto no me impidió tener una visión en perspectiva de las cosas.
Creo que le hubiera gustado darme un cariño más abierto.
Sé que cuando ella esté en condiciones más favorables entregará una forma de amor distinta y que, por ahora, una pareja no parece ser un factor elemental en su paisaje. Tal vez esté dispuesta a tener mayor paciencia o un poco más de tolerancia... Confío que así será, doy fe de que tiene gestos o detalles que delatan su interés en dar cariño de otra manera.
También en varias ocasiones me sentí incomprendido, y evidentemente eso se debe a que solamente conoce lo “bueno” de mi. Tanto fue mi esmero en ofrecerle el lado saludable de mi persona que insistí demasiado. Pasé por alto mostrar mis matices, mis aristas oscuras o negativos que son vitales para armar una imagen fidedigna de mi persona.
En estos días concluí que no es bueno tragarme lo que me molesta y, en relación a lo anterior, creo que es justo mostrarme tal cual... lamentablemente ella ya no está para verlo. De tal manera, jamás sabré que tal le parecí como pareja porque no llegó alcancé a mostrarle el yo completo.
Reconozco que le guardo mucho cariño y aun siento cosas por ella. Pero estoy acostumbrándome a la idea de estar junto a ella de una manera distinta.
Así, mientras yo veía como se desenvolvía nuestra vida ella se hartó...
"Creo que debí decirlo en su lengua nativa..."
El factor edad viene de la mano con desaguisados intrínsecos. Yo debí resultarle demasiado “tiernecito” o incluso “pendejo” en muchísimas ocasiones de la misma forma en que ella me parecía que ocasionalmente hacía gala de un añejo “Perro viejo no aprende truco nuevo”.
Si supiera lo sencillo que es tomarle cariño tras conseguir ver entre las aberturas de una fuerte coraza que esconde un escenario verdaderamente más cordial del que muchas veces proyecta.
La conocí como una excelente persona, luego me mostró un divertido rostro lúdico y finalmente se tranformó en una figura encantadoramente particular, sorpresivamente intensa... Uf!. También conocí su lado irascible, ese que se sobreponía a cualquier intento de contenerla, apoyarla o aliviarla.
Ella despertó en mi unas nuevas ganas de estar en pareja y de darle cariño cuando yo ya había renunciado a ello, es por eso que me entregué de manera desinteresada y fiel. Mi interés en ella era verdadero como nunca, siempre desee darle lo mejor de mi, tenía muchas ganas de agradarle, no por retenerle, sino porque su particular cariño me animaba. También me tragué o deje pasar muchas cosas.
No mucho le pedí... bueno, al menos no más de lo que podía entregarme. Pienso que era una relación que se desarrollaría lentamente, porque ella ha tenido experiencias en su vida que la han llevado a protegerse continuamente las espaldas. Además nos conocimos en una época en la cual ella tiene mil prioridades de carácter vital por las cuales velar.
En muchas ocasiones me sentí injustamente relegado a un cuarto plano, pero soy conciente de que otros problemas le impedían tratarme de otra manera. Eso es algo que noté al inicio de esta historia y con tal de ver si el ambiente se volvía favorable para ella pudiera
Quiero a las personas tal cual son o están. No puedo permitirme mal juzgarle si actúa con determinados modos cuando parece llevar el peso del mundo en sus hombros, eso me parece de un egoísmo tremendo.
Siempre me parecerá más justo pedir cuando existe la posibilidad de me den. En este caso, tal posibilidad, por ahora, no existía y no me incomoda (no es problema) esperar hasta que las condiciones se den para verificar si realmente podría tratarme de otra manera.
Pueden decir que fui el cariño me cegó, pero en realidad no es así. El afecto no me impidió tener una visión en perspectiva de las cosas.
Creo que le hubiera gustado darme un cariño más abierto.
Sé que cuando ella esté en condiciones más favorables entregará una forma de amor distinta y que, por ahora, una pareja no parece ser un factor elemental en su paisaje. Tal vez esté dispuesta a tener mayor paciencia o un poco más de tolerancia... Confío que así será, doy fe de que tiene gestos o detalles que delatan su interés en dar cariño de otra manera.
También en varias ocasiones me sentí incomprendido, y evidentemente eso se debe a que solamente conoce lo “bueno” de mi. Tanto fue mi esmero en ofrecerle el lado saludable de mi persona que insistí demasiado. Pasé por alto mostrar mis matices, mis aristas oscuras o negativos que son vitales para armar una imagen fidedigna de mi persona.
En estos días concluí que no es bueno tragarme lo que me molesta y, en relación a lo anterior, creo que es justo mostrarme tal cual... lamentablemente ella ya no está para verlo. De tal manera, jamás sabré que tal le parecí como pareja porque no llegó alcancé a mostrarle el yo completo.
Reconozco que le guardo mucho cariño y aun siento cosas por ella. Pero estoy acostumbrándome a la idea de estar junto a ella de una manera distinta.
Así, mientras yo veía como se desenvolvía nuestra vida ella se hartó...
"Creo que debí decirlo en su lengua nativa..."